Las Mujeres con Discapacidad Intelectual sufren Discriminación Múltiple
la Asociación Provincial de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo ha promovido en Toledo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la charla-coloquio ‘Mujeres y niñas con discapacidad: cómo prevenir situaciones de discriminación y violencia’.
Uno de los objetivos de la asociación es informar a las familias y mostrar aspectos de la realidad para que vean la discriminación que pueden sufrir las mujeres al tener discapacidad. A la vez, el objetivo es normalizar la presencia de las personas con algún tipo de discapacidad en cualquier ámbito de la sociedad, y conocer su realidad.
El acto tenía como principal invitada a la experta Pilar Gómiz, socióloga especializada en discapacidad. Con ella hemos hablado. “Las mujeres con discapacidad intelectual son susceptibles a varios factores que hacen que su exposición a situaciones de violencia sea más severa que en el caso de otras mujeres. Esto se acentúa también cuando hablamos de una mujer institucionalizada”, recalca. Las razones para ello son “múltiples”, afirma.
En la charla, que contó con una gran afluencia de público, participaron también la directora del Instituto de la mujer de Castilla-La Mancha, Lourdes Luna y la subinspectora de Policía Nacional, Virginia Velasco.
La charla, en la que se proyectó el documental AVA, de Mabel Lozano, ganador de un Goya, fue presentada por la presidenta de APANAS, Mª del Mar Azaña y el director general de Discapacidad, Francisco José Armenta.
La profesora y especialista en Inclusión social, Derechos Humanos, Mujer y Discapacidad habló de la importancia de conocer las diferentes formas de violencia, que muchas veces pasan desapercibidas, para que las mujeres con discapacidad intelectual puedan empoderarse y saber defender sus derechos.
Por su parte, la subinspectora habló de la importancia de la prevención y de la denuncia ante situaciones de violencia.
“La sociedad ve a las mujeres con discapacidad intelectual como seres aniñados y se les infantiliza y asexualiza. Desde las propias familias no suelen tomar medidas de prevención, como que conozcan su propio cuerpo y su entorno”, relata. A esto, añade que existen “mitos” que van desde que son mujeres bondadosas a las que es “imposible que les pueda pasar algo” hasta que son mujeres promiscuas. “Existe esta imagen lesiva de la cultura popular de los años 70′ de la ‘tonta del pueblo’ que se iba con todos”.
Para la socióloga, esta falta de información es clave, porque ayuda a que las posibles víctimas “muchas veces” no sean capaces de distinguir que se están enfrentando a una situación de violencia. “Tenemos que recordar que son ante todo mujeres y, por tanto, son objeto de todos los tipos de violencia de la que podemos ser objeto el resto de las mujeres, pero en su caso se encuentran en una posición que las hace ser mucho más vulnerable. No por su discapacidad, sino porque suelen tener menos oportunidades laborales, y cuando tienen trabajo es más precario, con un salario más bajo. Esto hace más difícil salir de una situación de violencia, cuando lo primero que necesitas son recursos económicos”.